...
20:46 | Author: Carlos Lauredo
Todo vibra,
entre apogeos de calma e ira,
el baile eterno de mi alma,
dos caras, dos ojos, un cuerpo,
unidos desde el principio de los tiempos,
por amor, por lealtad,
por odio y venganza.

El mundo gira,
las personas son solo sombras,
sin rostro, sin identidad,
caminando sin parar,
corriendo sin destino,
¿Quienes son los perseguidos?

Todo acelera,
el tiempo ha dejado de ser constante,
el universo muestra su verdadero tamaño,
la soledad se perpetua,
las horas son solo segundos.

El mundo brilla,
el oro me resbala de los bolsillos,
el hambre y la sed desaparecen,
el llanto es reemplazado por risas malevolas.

Todo cambia,
los grises se vuelven más opacos,
y los colores mudan de piel.

El mundo grita,
las voces son apagadas con susurros estrepitozos.

Todo muere...
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19:41 | Author: Carlos Lauredo

Me morí aquella tarde,
en la que bote los lentes,
rasgue la camisa y me puse gafas,
y la deje esperando en la puerta.

Me morí aquella tarde,
cuando me puse ropa con nombres,
mire a los pies y no a la cara,
y tomé del caliz dorado.

Y ella lo sabe,
dejo la rosa en la tumba y se fue,
con un nuevo amor, alguien que esté,
alguien que no haya dicho adiós.

Me morí aquella tarde,
en que cambie la sonrisa por corbata,
el chocolate por alcohol,
y el llanto por tristeza seca.
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19:38 | Author: Carlos Lauredo

15 metros más abajo,
me imagino una y otra vez mientras me fumo un cigarrillo,
el aire en mi cara,
la fracción de segundo más larga del mundo.

Los pensamientos son ideales,
más no son los correctos,
divago entre mundos,
pero siento no pertenecer a ninguno.

Por eso 15 metros más abajo,
se encuentra una redención segura,
sin perguntas, sin respuestas,
tan solo tú y el pavimento, con la luna como testigo.
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19:33 | Author: Carlos Lauredo

Callate, no digas una palabra más,
si no me creiste a la primera,
para que gastar mi saliva,
explicandote otra vez como fue el asunto.

Mejor olvidalo,
pero callate, olvida que lo mencione,
toma tu café antes que se enfrie,
toma la cerveza antes que se caliente.

Es fácil decir como son las cosas,
pero es dificil hacerlas,
los sueños más profundos se volvieron pesadillas,
y los campos de concentración parece el paraíso.

Tal vez te suene arrogante,
más tu opinión de infante me tiene harto,
solo te lo diré una vez,
callate de una vez.
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21:28 | Author: Carlos Lauredo
Yo vivi en el mundo de los sueños,
donde los relojes se deshacian sobre los árboles,
los conejos volaban y los osos usaban tutú
y Dios estaba en cada recondito paraje que uno pudiera ver.

Escape por el portal de la realidad,
a un mundo de verdad,
donde el suelo es firme,
y el agua es salada.

Donde mis fantasías no se hacen realidad,
la gente es más estúpida cada día en vez de lo contrario,
donde se alegran de los más reconditamente inútil,
y el inteligente es denigrado por el ignorante.

Oh por Dios, ¿que he hecho yo para merecer esto?
era lo que gritaba al principio con vista al cielo,
ahora ya no gasto saliva,
se Dios no está aquí, ni vendrá.

Ahora se la verdad
que la oveja negra es blanca en la realidad,
y tus ojos vendados están,
por este mundo real.
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18:04 | Author: Carlos Lauredo

Que levante la mano aquel que no se haya regodeado en sí mismo,
quien no se haya quedado en cama, alusinando a musas inexistentes,
quien no ha derramado lágrimas por orgullo propio,
quien no se haya emborrachado con una botella barata.

Que levante la mano aquel que no ha deseado ser otro,
que se haya masturbado en el baño cuando hay visitas,
que haya "obviado" las verdades,
y que haya gozado a espalda de sus amigos.

Quien no ha gritado su nombre,
visto pornografia sucia en los peores lugares,
quien no haya visto a la novia de su amigo desnuda
y mentir al mundo sobre su nombre.

Quien se haya fumado un caño en la puerta de su casa,
bebido el whisky de su abuelo,
cantado la canción mas homosexual del planeta,
y haber admirado algún ídolo tonto.

Lo siento, me perdí en mi propia cabeza, y necesito encontrarme,
por eso pregunto todo esto,
ya no se quien soy,
y si todo eso que dije tal vez lo haya hecho en realidad.

Entonces ayudenme,
que levante la mano, quien no haya amado,
quien no haya hecho cosas cursis,
y no haya regalado rosas rojas.

Entonces por favor,
que levante la mano quien no este loco como yo.
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20:51 | Author: Carlos Lauredo
Sentado en una banca lejana, estaba sentado él, viendo cada movimiento, cada ligero cambio en su humor. El asesino vigilaba a su presa, escogida al azar, como las anteriores, pero mujeres, por supuesto, no era un homosexual cualquiera para matar hombres.

Con el tiempo, había notado esa necesidad, de la sangre, del sufrimiento a sus pies, culpen a quien quieran solía decirse a si mismo, pues no tenía a quien decirselo, pero la verdad es que mis acciones son meramente un acto de conciencia, una... obra de arte.

Se levanto y la siguió a cuatro personas de distancia. Esta era diferente a las demás. Tal vez la más hermosa, será un placer trabajar con ella, pensaba.

Según su estudio, ella vivía sola, acaba de ver a una amiga, era extranjera, no tenía familia. Si hacia bien su trabajo, no la descubrirían hasta que este en su punto y sus huellas se hayan borrado.

Tras sus gafas oculto la vio entrar a su edificio, él se detuvo, espero unos minutos, hasta tener conciencia de que se quedaría ahí; el guardia salió a fumar un cigarrillo y oculto en las sombras pasó de largo y subió al primer ascensor que le abrió la puerta. Piso 7, departamento 5, tenía una copia de la llave, que había conseguido con sutileza, pues no le gustaba forzar cerraduras, ni agredir el medio ambiente, sería tan solo una perdida de tiempo. Abrió, ella estaba en la ducha, sigilosamente se acomodó, sus herramientas en sus forros, y mientras esperaba, se lijaba los huellas digitales, todo limpio, ninguna huella.

Pensaba en todo lo que había pasado, en su vida, en su edad, en sus ideas, escritor desde joven había dejado una vida atrás, tal vez asqueado por la sutileza con que se podría todos los días su vida acompañado de las otras personas que no parecían valer la pena. Aún recordaba su primera obra de arte, una amiga de la universidad, ella veía el mundo opaco y triste, el supuso que se alegraría al ser su primera vez. Por suerte para él, los oficiales eran ineptos y jamás supieron quien fue, pero con el tiempo se pulió hasta ser un profesional, ahora facilmente podía asesinar 3 chicas en menos de un mes y no dejar ninguna relación entre ellas, mpas que ciertas sutilezas, que sabía que jamás en esta parte del mundo tomarían en cuenta.

Cuando se dio cuenta, ya estaba terminando, las sabanas rojas, las paredes manchadas, ella, con la mirada ingenua aún en el rostro, dejo su marca y se fue, limpio como llegó ante su profesionalismo, tan solo con una cortada en el dedo, un error tonto, pero nada que sus guantes no tapen.

Bajó y se despidió del conserje como si nada hubiera pasado, salió a la noche, sonrió y encendió un cigarrillo. Era hora de buscar nuevas victimas, nuevas... compañeras, al infierno me me voy solo. El tenía pocos meses de vida, y se llevaría cuantas pudiera, era una promesa que se había hecho.