20:47 | Author: Carlos Lauredo
Cansado de una vida larga y llena de altibajos, el presidente se refugió en su estudio en busca de una forma de solucionar sus problemas. Por supuesto, que no se arrepentía de nada, había hecho lo que mejor había creído que era para su país.

Recordaba muy bien su primera campaña política, hace más de 20 años, 25 para ser exacto. Era el novato en las elecciones presidenciales, pero también la cara del cambio. Era la primera vez que veía tantos lugares de su variado país, y de hecho lo había disfrutado tanto, que jamás lo olvidaría. En especial aquella noche en el altiplano, cuando una noche fría un curandero le dijo que sería alguna vez, la persona más importante, y al mismo tiempo, el más perseguido, que le escupirían mientras le aplaudían, y por último, moriría lejos de su gran obra.

Ahora, encerrado en el estudio, se reía de esas frases. Había realizado la política más dura contra el Monopolio, y los peces gordos habían caído con fuerza a él. La gente lo había alabado y fue uno de los presidentes mas queridos e importantes de Sudamérica, pero el viajaba con frecuencia, no por busqueda de capitales extrajeros, como el decía, sino, porque iba a ser asesinado si seguía más de algunos días en un lugar.

Había pasado así varios años, y luego de acabar el mandato, estuvo tranquilo. Durante su tercer gobierno, ahora los militares habían sido seducidos por el poder de un general que se mofaba del presidente pacifista, y, ahora bajo el mando de este lider; habían tomado varias calles, y se encontraba encerrado, solo, como ultimamente siempre lo estaba. Acompañado por el suave recuerdo de sus hijos y su esposa, fallecidos en un "accidente" aéreo. Él sabía que no había sido para nada eso, lo buscaban, y se habían equivocado de avión, por eso siempre viajaban separados; para protegerlos. Fue demasiado tarde cuando se enteró.

Ahora, solo y desesperado, había perdido toda esperanza, todo sueño y toda alegría. Su sonrisa había sido borrada hace mucho, y ya hace más de dos meses que no hacía su viejo programa radial, en el cual, incentivaba al su pueblo. Sabía que lo militares estaban abajo, golpeando la puerta de la entrada del palacio de gobierno, no los podrían contener más de unos minutos, y con o sin él, gobernarían. Sacó una hoja de papel, y con la vieja pluma que le había regalado su secretaria. Escribió:

Quisiera que porfavor, a pesar de que usted es una persona muy dura, publique esta carta al pueblo, busque bondad en su corazón.

Querido pueblo.
Lo siento, no he podido mantener la cordura en estos tiempos difíciles, y los tiempos me han ganado. A pesar de mis constantes pedidos de fuerza, yo ya no tengo más, es por eso que dejé de hacer el programa radial de la tarde-noche. Sé, que a la vuelta de la esquina se encuentran días difíciles, y que es posible que seamos blanco de años oscuros. Pero mi estimado pueblo, no se deje caer, sé que el alma de ustedes hay suficiente fuerza para vencer esto, y cualquier cosa que les brinde el destino. Yo no lo logré, ustedes tal vez sí.

Me despido de ustedes.
El Presidente.

Lo último que hizo fue que recordó que el Secretario de Estado siempre le obligaba a guardar una pistola en la gaveta de la derecha. Por si las dudas, decía él. La cargó y se apuntó a la sien. Lo último que se escucharía en ese cuarto esa noche, aparte del murmullo de los soldados que ingresaban violentamente al estudio, fue el sordido sonido seco de una pistola disparándose.

Junto a la nota, encontraron su carta de renuncia y el delegado de poder al segundo al mando. El país había sido salvado, el vicepresidente , ahora nuevo presidente, estaba en Estados Unidos, resolviendo asuntos bilaterales.
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6 comentarios:

On 8 de septiembre de 2008, 10:50 , Memo dijo...

Me hizo recuerdo a Hitler en cuanto al escenario.

He escrito sobre el Poder propiamente dicho también, y me alegra saber que coincidimos en que siempre el enemigo está dentro de las esferas...

¿Envida? ¿Remordimiento?

Es posible. Es más una paranoia por acaparar la atención y la gloria.

Ya ves en el país en el que vivo, la sociedad se basa viviendo el presente.

Cada ciudadano tiene su boliviano neto interior. Y ya ves, nuevamente, como se degrada una persona con tal de tener la razón.

O el poder.

En fin, saludos Loredo.

Que la lucha es larga, pero venceremos.

Pásate al blog de un servidor, tiene nuevo look y logo.

 
On 8 de septiembre de 2008, 17:26 , Carlos Lauredo dijo...

Loredo???

 
On 8 de septiembre de 2008, 18:03 , Memo dijo...

Estaba pensando en alguien más.

Lo siento.

 
On 10 de septiembre de 2008, 9:52 , Rigelira Libelo dijo...

El físico, el Presidente... todos con finales trágicos y mortales!

fue coincidencia o lo estás planeando?

ojalá escribas una de "el músico" esos tienen una vida tan tumultosa y de finales variados (al final todos iguales, trágicos!)

nos veremos LAUREDO!!

aprendé a escribir Noé Caballero!!!

 
On 10 de septiembre de 2008, 14:57 , Memo dijo...

Uno nunca termina de aprender.

 
On 13 de septiembre de 2008, 14:40 , Rigelira Libelo dijo...

vuelvo a firmar!!!!

ya, listo.

ja!

saludos, Lauredo y gracias por cada comentario.