20:45 | Author: Carlos Lauredo

Era invierno, en Viña del Mar se sentía como el viento frío llegaba por el pacífico y también las nubes que cruzarían el continente, esa era la belleza de vivir aquí, ser el primero en ver esas cosas. Recuerdo exactamente que estaba en mi café favorito, “Cigarretes and Cofee”. Como siempre que tenía tiempo, me encontraba absorto en alguno de los libros que podía conseguir en la librería cerca de mi departamento, siempre bien acompañado por una taza de café y una cajetilla de Kent’s. Pero esa tarde iba a ser diferente, y de hecho, yo ya lo había presentido, pues no eras buena para perseguir a la gente, y menos para ocultarte, pero quería seguirte el juego, por supuesto que no sabía quién eras en ese entonces, tan solo un x en una sumatoria hasta el infinito, un número más en el pi, como a veces me gusta decir últimamente, y por supuesto que te había notado entrar, que hacía una jovencita en ese café primero que nada, jamás habíamos visto entrar una señorita, por lo menos yo, y dudo que uno de los caballeros se acuerden de la última vez que paso.


Bajé el libro cuando vi donde te habías sentado, justo en una mesa con cara hacia donde yo estaba. Bueno, por lo menos intenta ser algo discreta, me dije a mi mismo mientras sorbía un poco del expresso caliente que tenía delante. Bueno, ¿entonces tendré que ser yo el primero en hablar?...

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